Los siguientes cuatro capítulos consisten de dos discursos en los que Dios le habla a Job. Durante siglos, este libro ha sido admirado por su magnífico estilo literario y ha impresionado por la profundidad del contenido de sus cuatro capítulos finales. Los discursos de Dios siguen inmediatamente a los cuatro discursos de Eliú. El Señor no responde ni hace referencia directa a los discursos de Job, ni a los de sus tres amigos. No discute el problema del sufrimiento, como
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